Perro de Madera $40
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Lorena me dijo que vaya a la estación de Belgrano, el barrio que está junto a Urquiza. Ella iba a llevar algunos objetos, dijo.
En la estación le pregunto a unos chicos, que están esperando al Tren Blanco, si la conocen. "No conocemos a cada cartonera. Sabés al cantidad que hay?" me dice uno de los chicos. "Andá a la otra salida de la estación, tal vez está allá". Ella es rellenita, vestida con ropa deportiva de imitación, y es brutal. Está devorando un pancho junto con Gustavo y Diego. El ketchup todavía cae de sus labios. Me saluda con un beso. Me sorprende; me acostumbré a ese bruto saludo con las manos. Recuerdo que cuando conocí a Fidel, lo saludé con un beso. Un beso en el aire, sólo tocas la mejilla del otro. Enseguida sentí que algo estaba mal, esa era la manera en la que se saludaban en las clases más altas. Gustavo también me saluda, primero 45 grados hacia arriba y luego en la forma normal. Pero por lo contrario, Diego se queda inmóvil mirándome.
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