Vagón Espacial $30
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Un auto pasa, uno hermoso y nuevo. "Hermoso", digo. "Robado", dicen ellos. "Todo lo que sea hermoso en Villa Libertador es robado". No conozco sus nombres. Se llaman según de dónde vengan, Jujuy, Salta, Misiones y a veces Bolivia Y Paraguay. Hoy no escuché el nombre Fidel cuando preguntaron Paraguayo algo. Se creó una reputación especial en su barrio. Está borracho los sábados, y le gustan las mujeres.
Teresa viene de vez en cuando son su hija en brazos, mirando, chequeando. Es una imagen clásica; es la primera vez que la escucho hablar en un día difícil. "No ves que estoy jugando cartas", le reprocha Fidel cuando pasa por tercera vez.
Comienza a llover y decido irme a casa. Les doy la mano a Bolivia y Jujuy. "Llevalo a la parada del colectivo", le exige Bolivia a Fidel.
Camina borracho al lado mío. No va tan rápido. Fidel dice adiós, allí donde comienza el asfalto y termina Villa Libertador.
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